Cómo ser un buen programador

Programacion

Cuando aprendí a programar en el año 2003 hacía ya casi una década que disponía de un ordenador en casa, pero jamás había tenido contacto con la programación. Lo más complejo que había hecho era crear pequeños mods para algún juego o aplicación sin saber demasiado bien lo que hacía, tirando de aplicaciones creadas por otros usuarios. De hecho creo que lo más difícil que había creado era algún mapa del Age of Empires con algunos eventos que se activaban una vez se cumpliesen ciertas condiciones.

Sí, sabía usar montones de aplicaciones y también configurarlas, pero lo cierto es que no aprendí a programar hasta que fui a la universidad. Tras terminar la universidad, cuando obtuve un título, lo cierto es que me consideraba a mí mismo un programador bastante mediocre, por lo que dejé la programación. Trabajé en otras profesiones hasta que el gusanillo de la programación volvió y comencé a trabajar por mi cuenta. A su vez, volví a la universidad a por otro título y fue aquí cuando me di cuenta de que ya estaba a otro nivel. Habían cambiado muchas cosas en mi mente. Ahora tenía una ruta más clara, sabía lo que quería y lo que podía hacer con lo aprendido. Además, también dedicaba tiempo en casa a varios proyectos personales.

Me encantaban las asignaturas de programación, así como la robótica, pero las asignaturas de gestión hicieron que no obtuviese ese segundo título, pues mis intereses en dicho momento eran otros. Aprender algo que sabía que jamás usaría era una pérdida de tiempo para mí. Lo bueno, es que ya no necesitas un título para trabajar como desarrollador de software, ya que lo único necesario es interés y ganas de aprender. Eso es todo; no existen otros ingredientes ocultos.

Por qué ser un programador

Cualquier aplicación se crea con una funcionalidad en mente, ya sea más específica o más general. Esto es una gran ventaja, especialmente si eres desarrollador y sabes crear tus propias herramientas, automatizando procesos que te permitirán ahorrar tiempo. Podrás crear soluciones específicas para muchos de tus problemas. Esto es una gran ventaja si al igual que yo trabajas de forma independiente.

Además, la creación de aplicaciones que automaticen ciertos procesos no solo te ayudará a ti, sino que podrías liberar tus aplicaciones o venderlas para ayudar a más gente a la vez que generas ingresos. En mi caso, cada vez que repito una tarea múltiples veces, comienzo a pensar de inmediato en cómo automatizarla. He creado multitud de pequeñas herramientas que facilitan mucho mi trabajo. Por ejemplo, las imágenes destacadas de esta página se generan automáticamente, y además tampoco tengo que buscar aquellos contenidos a los que enlazar cada artículo que escribo gracias a pequeñas aplicaciones que he desarrollado.

Todo esto es algo con lo que nuestros antepasados no podía ni soñar. En su lugar contrataban a personas para dichas tareas, si es que las contrataban. El caso es que cualquier máquina que automatizase un proceso era cara, por no hablar del mantenimiento que requerían. Sí, hoy en día parece que todo esto se da por hecho, pero si lo piensas de un modo global, nos ha tocado vivir en una época excelente. Llevamos ordenadores en nuestro bolsillo e incluso en nuestra muñeca. Hemos logrado combinar múltiples aparatos en un solo dispositivo que además de ser relativamente barato podemos personalizar como nos de la gana.

Tendrás que tener cierta dedicación, pero puedes aprender a moverte el mundo del desarrollo de software sin dedicarle demasiado tiempo, ya que los procesos son cada vez más sencillos y los lenguajes de programación son más avanzados que hace años.

Sin embargo debes ser consciente de que existen ciertas limitaciones, ya que no existe ninguna herramienta que solucione muchos problemas, o al menos que lo haga bien. Siempre suele ser preferible la resolución de pequeños problemas individualmente, y en caso de ser necesario, realizar una integración de las mismas. Si comienzas a programar con el objetivo de crear una gran aplicación, la sensación de fracaso se apoderará de ti y abandonarás el proyecto.

Si todavía no tiene suficientes motivos, consulta la lista de motivos para ser programador.

Generalista o especialista

Cuando te metes en el mundo de la programación debes tomar una gran decisión, ya que debes escoger entre especializarte en una única tecnología o saber un poco de todo.

Aplicando el principio de Pareto, un programador especialista dedica el 80% de su tiempo a una única tecnología, dejando solamente un 20% para el resto, ignorando montones de cosas casi en su totalidad. Es decir, que si eres un programador especialista, se supone que eres uno de los mejores en un determinado lenguaje, framework o tecnología. Por otro lado, si eres un programador generalista, repartes tus conocimientos entre diversos lenguajes o tecnologías. Podrías dedicar el 50% de tu tiempo a algo, pero dejas el 50% restante para otras cosas. Del mismo modo, podrías dedicar un 25% de tu tiempo a cada una de las tecnologías que conoces.

Los programadores especialistas suelen tener una profesión que implica el nombre de la tecnología de la cual son expertos. Un ejemplo de desarrollador especialista podría ser un ingeniero PHP o un desarrollador React. Siendo generalista, puedes ser sencillamente un desarrollador frontend o backend y conocer múltiples tecnologías. Por ejemplo, un desarrollador generalista puede saber usar React, pero no tendrá de ningún modo la experiencia de un especialista que usa React el 90% de su tiempo. La ventaja de ser generalista es que también podrías saber trabajar con Angular o con Vue, o incluso ser un desarrollador Full Stack con conocimientos generales de todo tipo, incluso de gestión de sistemas.

Si tienes dudas acerca de qué camino escoger, la respuesta no es fácil. Las grandes empresas disponen de grupos de programadores que se encargan de una única pequeña parte de un producto, por lo que suelen contratar a especialistas, mientras que las startups suelen comenzar con varios programadores generalistas que sepan un poco de todo, pudiendo así abarcar un gran número de tareas. Sin embargo, las empresas que invierten en I+D como Facebook o Google,  también están muy interesadas en desarrolladores generalistas capaces de integrar múltiples tecnologías o investigar el mejor modo de optimizar ciertos procesos.

En mi caso, soy un programador generalista. Es decir, que mis conocimientos abarcan un poco de todo pero mucho de nada. La ventaja es que me puedo adaptar con más facilidad a múltiples tecnologías, siendo más difícil que me quede obsoleto, pero también es cierto que no tendré el sueldo de un contractor que se ha especializado en una única tecnología y se ofrece al mejor postor por una gran cifra de dinero. Soy un desarrollador Full Stack y puedo diseñar aplicaciones y programar tanto la parte backend como la parte frontend, siendo también capaz de gestionar servidores, aunque muy lejos del nivel que tendrá un administrador de sistemas. Sin embargo, mis resultados en cada uno de los apartados no están al mismo nivel del que lo estarían varios especialistas que trabajasen en los mismos proyectos.

Por otro lado, la ventaja de ser un desarrollador generalista es clara; ya que jamás diré que no sé hacer algo o que no soy capaz de hacerlo. Eso sí, obviamente no seré igual de eficiente que un especialista.

Aprende a aprender

Ya seas ingeniero de software o desarrollador, has de saber que estás condenado a aprender el resto de tu vida. Hace años bastaba con saber algo de Java, JSP, Tomcat y ciertos servlets para ser la crème de la crème del mundillo de la programación. También podrías aprender Objetive-C o alguna cosilla más si lo tuyo eran las aplicaciones móviles. Si trabajabas con PHP, lo cierto es que estaba peor pagado, pero bastaba con aprender este lenguaje además de saber ciertos conceptos básicos frontend si eras Full Stack.

Todo ha cambiado en la actualidad. Ahora todo gira en torno a Node o, si eres un desarrollador frontend, a alguna de las miles de librerías JavaScript como React, Vue o Svelte. El JavaScript de hace unos años poco tiene que ver con el actual. Si lo tuyo está más orientado a los sistemas, podrías aprender C++, Go o Rust, o quizás todos ellos. No nos olvidemos de lenguajes como Elixir o incluso Haskell.

Como ves, las tendencias cambian, por lo que si tu objetivo es el de ser un buen desarrollador, el aprendizaje debería ser constante, te guste o no. La buena noticia es que hoy en día tenemos infinidad de servicios o fuentes desde las que aprender, ya sean tutoriales, cursos, bootcamps o libros creados por una gran variedad de autores, así que mal será que no encuentres una metodología de aprendizaje que te resulte entretenida. Cada una de las tecnologías que aprendas será un punto a tu favor.

Lee libros de programación

Como programador o aspirante a programador deberías tener una amplia colección de libros. Los tutoriales no están nada mal, aunque en ellos no encontrarás algunos de esos pequeños detalles de bajo nivel que tantos quebraderos podrían darte en ocasiones.

Existen múltiples sitios en donde puedes conseguirlos y seguramente encuentres colecciones de libros a bajo coste que puedes adquirir en múltiples servicios web. Si eres una persona más clásica, también tienes la opción de irte a alguna biblioteca a buscar algún libro interesante.

Decidí adquirir mi primer libro cuando comencé a administrar mis propios servidores. Usaba CentOS como sistema operativo y lo cierto es que jamás había usado Linux como sistema operativo. A base de leer tutoriales conseguí solucionar los múltiples problemas que iban apareciendo. Escribí tutoriales acerca de estos problemas para no olvidarme de cómo solucionarlos, pero mi gran desconocimiento a nivel general de este sistema persistía. Así que entré en Amazon y adquirí la Guía Definitiva de CentOS, que fue el primer libro que adquirí. Gracias a él fui capaz de solucionar muchos posibles problemas antes de que estos fuesen realmente un problema.

Pero no solo deberías limitarte a libros de programación o de sistemas, sino que también podrías adquirir algún libro acerca de cómo mejorar en tu día a día o cómo trabajar de un modo más eficiente para lograr tener algo más de tiempo libre, pues no todo es trabajar.

Además, si quieres comenzar un pequeño negocio, de poco te servirán tus habilidades con el código si no sabes cómo gestionarlo o cómo vender un producto. Es por ello que también he leído algún libro de marketing, compensando así mis grandes lagunas en este campo. Puedes escoger el formato de libro que más que te guste, ya sean guías paso a paso, biografías o colecciones de historias acerca de empresas o gente que te interese o a la que admires. En cualquier caso, jamás pierdas tu estilo personal, ya que modificar por completo tu rumbo por el mero hecho de imitar a alguien suele terminar en fracaso. De cada libro, coge y aplica aquellos conocimientos que más te gusten.

Si posees un Kindle ya tienes la excusa perfecta para tirarte en el campo o en cualquier parte y pasar un buen rato a la vez que aprendes. Y quien dice Kindle dice cualquier tablet o iPad.

Solamente existe una cosa que podría afectarte negativamente cuando tienes una gran colección de libros, y es el hecho de verte rodeado de tantas y tantas cosas por aprender, careciendo del tiempo necesario para meter toda esa información en tu cabeza. Es algo que me ocurre con mucha frecuencia, y es por ello que no recomiendo comprar libros por comprar, sino que es preferible que te centres en un tema o que pienses en aquello que quieras aprender y seguidamente busques el libro adecuado. El hecho de tener decenas de libros sin leer no es una buena señal y pueden que incluso te desanime a comenzar a leerlos.

También es importante que sepas diferenciar entre los libros que te venden humo y aquellos que no. El ejemplo más claro está en los libros de mejora personal o en los de cómo alcanzar la libertad financiera. El 90% de las personas que han escrito esos libros jamás han alcanzado dicha libertad y jamás la alcanzaran, así que es importante que sepas diferenciar entre aquellos libros que te aportarán algo y aquellos que te harán perder el tiempo.

Por otro lado, tampoco es recomendable que te consideres un semidios de la programación tras haberte leído un libro. Todavía tendrás mucho trabajo por hacer, así que es importante que continúes tu formación con cursos o mediante la lectura de tutoriales.

Divide y vencerás

Cuando estás aprendiendo una nueva tecnología, es importante que la dividas en pequeñas partes. Está bien seguir un curso, pero puede que una vez terminado todo se vaya al garete al cabo de unas semanas por no haberte centrado en cada uno de los pequeños apartados. A medida que aprendes, es importante que busques información o que crees algún script relacionado con cada una de ellos. No te limites a lo que te ofrece un único curso o tutorial.

En mi caso, suelo escribir muchos artículos a medida que aprendo algo nuevo. De este modo me logro situar en el lado de la persona que me está leyendo. Es decir, parto de la ignorancia del lector, que era la misma que la mía hace tan sólo unos días. Por otro lado, es importante que dejes de ver la ignorancia como algo malo. De hecho, cuanto más aprendas, más ignorante te sentirás en montones de temas, siendo esto una buena señal.

Una vez he aprendido montones de pequeñas cosas, programo una pequeña aplicación y enseño a los demás a crearla mediante algún curso a algún tutorial de introducción. Tengo una memoria pésima, por lo que el único modo de que se me queden las cosas en la cabeza es escribirlas y enseñarlas, desgranando todo componente a componente, paso a paso. Y así es como nació esta página.

Aprende de los que más saben

Trabajes o no en equipo, siempre es importante que aprendas de aquellos que saben más que tú. En mi caso, suelo consultar diversas fuentes en donde sigo a ciertas personas o grupos de personas:

  • Blogs: Sigo y consulto muchos blogs a diario. En muchas ocasiones leo artículos cuando no se hacer algo, aunque también suelo consultarlos para aprender cosas nuevas, con el objetivo de ser un mejor programador.
  • Podcasts: Suelo escuchar podcasts, especialmente cuando estoy descansando, durante las últimas horas del día e incluso cuando me meto en la cama, aunque en este último casos son de temas más bien generales. No solo escucho podcasts de programación, ya que mis intereses van más allá, abarcando temas de emprendimiento, marketing, hardware e incluso de misterio, un tema ideal para conciliar el sueño. Podrás encontrar montones de Podcasts en plataformas como iVoox.
  • Twitter: Suelo seguir a bastantes desarrolladores o personas que simplemente han logrado crear un negocio con éxito. Además, como desarrollador de videojuegos frustrado también sigo a diversas personas del sector. Uso Twitter únicamente por trabajo, al igual que las personas a las que sigo, pero eso no significa que te tengas que limitar a temas serios o aburridos. Es muy importante unirte a un entorno de gente a quienes les guste lo que hacen y lo hagan de la forma menos rancia posible.
  • Libros: Podría leer más libros de los que leo, y es que hace décadas que no leo una novela, pero sí leo bastantes libros de programación y administración de sistemas.
  • Vídeos: Suelo preferir los cursos y tutoriales escritos, pero eso no quiere decir que no siga a bastantes desarrolladores en YouTube con el objetivo de informarme acerca de las novedades del sector y aprender cosas nuevas. Además, no solo veo vídeos de programación, sino de muchos otros temas, procurando no perderme en la tela de araña que puede suponer YouTube.

Además de todo esto, también he ido a algunas conferencias, como a los eventos de AWS, aunque tampoco es que suela ir a demasiados. No nos olvidemos tampoco de todo aquello que puedes aprender estando físicamente con otras personas. En aplicaciones como Meetup podrás encontrar grupos de programación de diversas tecnologías en tu ciudad.

Es importante que cuando veas algo interesante o encuentres a alguien de quien aprender, guardes los enlaces de los contenidos o de los perfiles en algún lugar para consultarlos luego.

Aplica lo que aprendes

Cuando estás aprendiendo un lenguaje de programación o alguna de sus librerías o frameworks, lo mejor que puedes hacer es crear un pequeño proyecto con lo aprendido. Estos proyectos no solo te permitirán asentar los conocimientos adquiridos, sino que pueden ser una fuente de conocimiento útil en el futuro, pudiendo acudir a ellas cuando sea necesario para ver cómo has hecho las cosas.

Cuando crees un proyecto de aprendizaje no es necesario que sigas los últimos patrones de diseño ni las mejores prácticas que se siguen en las grandes empresas, ya que de lo contrario puede que desistas durante el camino. Lo recomendable es que crees algo que te entretenga, como una aplicación que te pueda resultar útil a ti o por qué no, un pequeño juego. También puedes crear pequeños productos y mostrarlos en plataformas como Product Hunt, ya que el hecho de que más personas lo vean o lo utilicen siempre será positivo y te animará a completar el proyecto. De lo contrario te olvidarás del proyecto a los pocos días.

En general, deberías dedicar un tercio de tu tiempo de aprendizaje a aprender nuevas cosas, otro tercio a practicar con aquello que aprendes y finalmente otro tercio a documentar aquello que haces o también a enseñar a los demás. Esto será válido tanto si trabajas solo como si trabajas en un equipo. Es también muy habitual que las empresas ofrezcan unas horas de formación semanales o mensuales.

En general, de poco servirá que seas un experto en algo si no lo aplicas o no se lo muestras a los demás.

Concéntrate en tu trabajo

Un método sencillo para odiar tu trabajo consiste en dedicarle un montón de horas al día para luego darte cuenta de que no has completado nada del mismo o aún más, no has tenido ni un minuto de ocio durante todo el día. Y así será hasta el fin de tus días salvo que sigas ciertos principios.

Evita la procrastinación

La procrastinación es uno de tus mayores enemigos y además está a tu alrededor en diversas formas, colores y sabores. Si en un determinado instante te das cuenta de que llevas media hora leyendo contenidos que en realidad no te aportan nada en Reddit o en Twitter, no será una buena señal. Así mismo, también podrías dedicar horas a ver series en Netflix que en realidad tampoco te interesan demasiado. La vida no es lo suficientemente larga para abarcarlo todo, así que deberías ver o leer exclusivamente aquello de lo que te acordarás en el futuro; es decir, el 20% de todas las series que ves, en caso de que veas demasiadas.

Ten también cuidado con no caer en el engaño de esas tareas menores que en realidad no son importantes a no ser que te hagan sentir productivo. También podría ser posible que te han sentir dicha productividad, pero que sea tu cerebro el que te engaña para que pienses esto, evitando que comiences una tarea mucho más importante, que a menudo suele ser el aprendizaje de algo nuevo.

Para evitar la procrastinación necesitas cierto entrenamiento. En mi caso, he leído varios libros acerca de ello, y aunque admito que han sido útiles, no he seguido el entrenamiento adecuado para terminar con este mal por completo. Lo que sí me ha servido es el establecimiento de pequeñas metas. Por ejemplo, puedo comenzar a escribir algún artículo con el objetivo de parar cuando lleve 300 palabras. Una vez alcanzadas, es muy raro que no termine ese artículo y dos o tres más, aunque todo depende de lo largos que sean. Es importante que te centres el proceso y no en el objetivo final, ya que en muchas ocasiones podrá parecer inalcanzable. Lo mismo ocurre con la programación; céntrate en completar una pequeña tarea y mal será que no consigas trabajar concentrado durante al menos una hora.

Otro gran enemigo de la productividad son las distracciones, de las que hablaremos en el siguiente apartado.

Evita las distracciones

Es difícil no procrastinar con todas esas distracciones a tu alrededor. Para empezar, mediante tu navegador puedes acceder a todo un mundo de contenidos a los que dedicar horas y horas. Lo recomendable es que uses alguna extensión de Chrome como por ejemplo BlockSite, que bloqueará ciertas páginas permanentemente.

En mi caso, suelo usar la extensión StayFocusd, que limita el tiempo diario que puedes dedicar a ciertas páginas. Una vez alcanzado dicho tiempo, las páginas que hayas definido en las listas de bloqueo dejarán de estar disponibles. Lo bueno es que una vez establecido el bloqueo, tendrás que superar un pequeño desafío que consiste en la redacción de un texto para eliminarlo. El tiempo máximo por defecto es de 10 minutos, aunque podrás personalizarlo, pudiendo también eliminar el bloqueo ciertos días como por ejemplo los fines de semana.

Lo recomendable que es que bloquees servicios de noticias o foros no relacionados con tu trabajo, además de redes sociales. En ocasiones verás que muchos desarrolladores escriben montones de cosas en Twitter diariamente, pero no te dejes engañar, ya que suele ser gente que ya ha hecho sus deberes o cuyo objetivo es el marketing de su producto. Ya llegará tu momento y, además, siempre podrás seguirlos en tu tiempo libre.

Sin embargo, las aplicaciones ya mencionadas no son suficientes para mí, por lo que he tenido que borrar las cuentas de ciertos foros que en realidad no me aportaban nada, pero que consumían gran parte de mi tiempo.

Si eres usuario de macOS, una aplicación más que recomendable es SelfControl. En cuento a otras extensiones de Chrome similares, tienes Simple Blocker, que te permitirá establecer un tiempo de bloqueo, y SiteBlock, que también te permitirá establecer un tiempo de bloqueo, dejándote unos minutos libres entre tiempo y tiempo, siendo también posible bloquear absolutamente todo a excepción de las webs que especifiques. Si usas Chrome y quieres conocer más aplicaciones de este tipo, consulta el siguiente artículo, en el que hablo acerca de varias aplicaciones para bloquear páginas web en Chrome.

Para ver en detalle cómo concentrarte o si estás interesado en la concentración profunda o Deep Focus, aprende a lograrla consultando el siguiente tutorial, en el que explico cómo mejorar tu concentración mientras programas.

Gestiona tu tiempo

Es importante que gestiones correctamente el tiempo que dedicas a estar delante de una pantalla. Si trabajas por tu cuenta, intenta establecer un horario de trabajo. Algo muy habitual consiste en usar el método Pomodoro, que consiste en que descanses 5 minutos cada 25 minutos de trabajo. Puedes ajustar los tiempos como prefieras; el caso es que el tiempo que trabajes, debería ser tiempo productivo.

También debes evitar pensar demasiado. Si tienes una excusa para tirarte en el cama a pensar sobre algo en lo que estás trabajando, probablemente sea eso; una excusa que te impedirá dedicar tiempo a lo más importante.

Trabajo en equipo

El trabajo en equipo es fundamental en cualquier empresa. Debes adaptarte a colaborar con los demás, aceptando que eres un componente más de la cadena de producción. Tendrás que aprender a usar herramientas como Git, que te permitirán gestionar el código en un ambiente colaborativo. Acepta también la programación como algo más social de lo que es y colabora en algún proyecto Open Source de GitHub, que es algo que siempre está bien visto.

Cuando trabajas en una empresa, los patrones de diseño están al orden del día, así que deberás aprender aquellos que son más fundamentales. Si también conoces las diferentes arquitecturas que podría tener una aplicación, podrás colaborar en su diseño y demostrar tu valía, ya que no todo es escribir código.

A medida que ganes experiencia, también tendrás que actuar como mentor de otros miembros de tu equipo, algo que estará muy bien visto por tus superiores. Sin embargo, de entrada, no deberías ser el mejor programador de aquel sitio en el que vayas a trabajar, sino uno de los peores.

¿Conoces a ese programador que pregunta cosas a los demás, que tiene dudas o al que se le suelen recomendar cursos o tutoriales? Pues bien, ese deberías ser tú al principio, y con esto no estoy diciendo que debas ser un incompentente, sino que deberías moverte en un entorno en el que el nivel está por encima del tuyo para no acomodarte en lo ya aprendido.

Cuando las personas que tienes a tu lado saben más que tú de ciertos temas, aprendes indirectamente ya solo con el hecho de trabajar sobre su código. Aprenderás también a optimizar tu trabajo para estar a su nivel. Lo mismo deberías aplicar cuando aprendes a programar, siendo preferible un curso o una escuela algo exigente que una en la que el nivel está por lo suelos. Aprendí muchísimo en empresas en las que trabajé con gente que sabía más que yo. Sin embargo, cuando comencé a trabajar como freelance, yo era en algunos casos el mejor programador de grupo, enseñando a los demás las mejores prácticas. No está mal, pero no debes estancarte en este tipo de trabajo, y menos cuando tienes un trabajo permanente, ya que puede que algún día llegue un nuevo desarrollador y te des cuenta de lo atrás que te has quedado. Es por ello que deberías evitar los trabajos o empresas en las que eres el mejor del equipo, especialmente si eres un desarrollador generalista.

Descansa

El descanso, ese gran olvidado, es imprescindible si quieres ser un buen programador. Olvídate de trabajar 16 horas en un solo día, ya que lo más probable es que no rindas lo suficiente el resto de los días de la semana. Siempre es mucho más recomendable dedicar a un proyecto una o dos horas todos los días de la semana que 14 horas durante un solo día de la semana. Cuando estás aprendiendo algo, tu mente asienta los conocimientos mientras duermes, por lo que siempre es más efectivo asentar una pequeña cantidad de conocimientos diarios que un montón de información acumulada durante un solo día.

Cuando te atasques con algo, no le dediques media tarde. Lo recomendable es que te vayas a dar una vuelta al exterior, que hagas las tareas de casa, que practiques algo de deporte o que te des una ducha. Es muy habitual que la solución a tu problema llegue a tu cabeza como por arte de magia. Simplemente ocurre.


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Edu Lázaro: Ingeniero técnico en informática, actualmente trabajo como desarrollador web y programador de videojuegos.

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